El escenario futuro de movilidad autónoma requiere abordar soluciones tecnológicas complementarias en varios frentes, como son la percepción, decisión y control, comunicación, confiabilidad, ciberseguridad y confort. La relevancia de este último se fundamenta en la necesidad de garantizar el suficiente nivel de confort para que los usuarios de un vehículo autónomo puedan llevar a cabo tareas cotidianas, sin necesidad de atender a la trayectoria o el entorno.
Para poder evaluar la percepción de confort, desde AIC-Automotive Intelligence Center y como actividad del proyecto AUTOEV@L (financiado por el Gobierno Vasco a través del programa Elkartek 2021) se está trabajando en la correlación de los datos registrados en vehículo real con los datos recogidos en un entorno de simulación. El proceso comienza con la grabación de un tramo de conducción previamente seleccionado y ejecutado con el vehículo real. El tramo contempla partes de conducción urbana, interurbana y alta velocidad (autopista). Para ello, se sensoriza el vehículo y se registran parámetros específicos del bus CAN, obteniendo un perfil de aceleraciones que luego se introduce en el simulador de conducción. Para que la correlación sea lo más ajustada posible, AIC dispone del modelo virtual del vehículo integrado en su simulador.
Ya en el simulador, se somete a un grupo heterogéneo de personas al perfil registrado, pudiendo modificar parámetros del propio modelo del vehículo, así como sugiriendo diferentes actividades al ocupante (consulta del teléfono móvil, por ejemplo). Disponer del entorno de simulación acelera y economiza enormemente este proceso. Posteriormente cada persona completa un cuestionario, complementando de manera subjetiva la medición objetiva de los parámetros de aceleración.
Todo ello permitirá aproximar qué maniobras o situaciones son las que provocan disconfort, y así proponer técnicas y soluciones de dinámica de conducción que aseguren la consecución de los objetivos mencionados.